¿Dónde quedó la gallardía de La Pasionaria? ¿Y la fortaleza de Frida Khalo? ¿Disfrutaremos de otra voz dolorida que dé fuerza a la cascada de descontento como la de Kurt Cobain? ¿Conoceremos a un alumno aventajado de Bob Marley capaz de convertir su música en banda sonora para la disidencia política? Imagina que cerca de nosotros habita otra muñeca rota a la que nadie quería acompañar en el baile de fin de curso, como le ocurrió a Janis Joplin, esa desgarrada voz que desataba todas las emociones imaginables. O que una digna heredera de Emmeline Pankhurst dedica todos sus esfuerzos a una causa, aunque eso le lleve a dormir en una celda día sí, día también. Ahora piensa en que en algún punto indeterminado del mundo se está forjando otro Che Guevara cuyo rostro acabará estampado en nuestras camisetas y nuestra taza del desayuno (sí, inmerso en ese esperpento que para él era la sociedad de consumo). Tarea imposible, ¿verdad? ¿Qué podemos esperar si cuando escuchamos “Sólo una vida vivida para los demás merece la pena”, esa incontestable cita del genial Albert Einstein, nos parece una frase carpetera? Deberíamos recuperar el archiconocido “I have a dream”, de Martin Luther King, para agarrarnos, como en su poderoso, inolvidable e inmortal discurso, a un futuro provechoso.
¡Y qué mejor que una canción para alfombrar el camino hacia esa idea que hoy consideramos una utopía! Pues, como declaraba Nietzsche, “La vida sin música sería un error” (y no le vamos a llevar la contraria en esto). Por eso, el espíritu de estas leyendas eternas rezuma en cada nota de ‘Tiempo de cobardes’, nuestro nuevo videoclip, realizado por Titi Muñoz. La esencia de cada uno de estos titanes se intercala en nuestra última criatura musical, una de las joyas de nuestro disco más reciente, ‘La teoría del fuego’, con el ritmo frenético con el que ellos se enfrentaban a la vida, añorándolos en cada estrofa, pues “nunca escuchamos a los profetas”, y abrazándonos a la guitarra para implorar que algún día reine la cordura y esos muros no se queden “sin derribar”.
Y para alcanzar nuestras pretensiones hemos querido ilustrar nuestros propósitos en el espectáculo visual que generan las montañas de Amieva, uno de los paraísos naturales que dan lustre a nuestra bella Asturias. Este escenario increíblemente cinematográfico, al que no le hacen falta los filtros, es el rincón ideal para materializar el alma de este tema, gracias a su paisaje abrupto y escarpado. Y es que, ese terreno quebrado, empinado y desigual supone la metáfora perfecta de la existencia, una travesía farragosa repleta de obstáculos que hemos de sortear para coronar la cima. En este caso, personificamos tan ardua labor en el amigo Kiko Martínez, uno de los laureados miembros de Mala Reputación. Nuestro montañero emprende su escalada, un trayecto en el que más de un escollo le enseña el dedo corazón sin ningún tipo de miramiento. ¿Podrá alcanzar la cúspide mientras los nubarrones se ciernen sobre él? Solo hay una manera de averiguarlo, así que te invitamos a conocer la historia por ti mismo para salir de dudas. Eso sí, una cosa tenemos clara: “Todos mis héroes estén muertos, esa es la única verdad…”.